Sin Enemigos

En el siguiente ensayo, el Amigo del Mundo, Adi Da, nos llama a un nuevo proceso global, lo que, según sus palabras, daría “fuerza gobernante” al principio de la unidad preexistente. ¿Cómo ocurrirá esto? Requiere, como él dice, “un instrumento” que le permitiría a la humanidad global volverse auto-organizada y auto-administrada. El nombró a este instrumento aún-por-realizar el “Foro Cooperativo Global”.

La necesidad de tal Foro Cooperativo Global descansa en el hecho de que ninguna organización global actualmente-existente está equipada para realmente hacer frente a la complejidad de la situación global. Mientras que las organizaciones globales, así como las Naciones Unidas, se establecieron después de la Segunda Guerra Mundial, ellas han sido incapaces de funcionar de manera efectiva para el bienestar de la totalidad debido al prevaleciente paradigma —que es el de partidos separados que negocian acuerdos que maximizan sus propios-intereses. El bien global (tanto humano como no-humano) es por lo tanto subordinado a los fines de las partes separadas.

En el mundo actual, los seres humanos están simplemente sufriendo esta situación, o explotándola, o ambos. Por lo tanto, un cambio de consciencia es esencial, de la mente de separación y competencia a la de asumir la responsabilidad por la totalidad.

En este ensayo, y (con más detalle) en su libro Not-Two Is Peace, Adi Da describe cómo el Foro Cooperativo Global sería la expresión de “todo-el-mundo-a-la-vez” —es decir la fuerza única y el potencial en la humanidad cuando se despierte y se dé cuenta de sí misma como una sola familia, incluso un solo “sistema”, existiendo en unidad con (y responsable de) todo el sistema de la Tierra.

Dicho Foro Cooperativo Global ofrecería una estructura institucional capaz de darle vida a la verdad de la unidad preexistente como un principio-operativo, y, por lo tanto, de restaurarle al sistema de la Tierra (tanto humano como no-humano) su capacidad inherente a auto-corregirse y auto-organizarse. En resumen, el Foro Cooperativo Global se ocuparía de los asuntos que afectan a la Tierra entera —a través de un proceso cooperativo global de auto-gobernanza por parte de la gente del mundo.

— Carolyn Lee

El patrón de la política mundial que se ha dramatizado con intensidad creciente a lo largo del tiempo —y con los efectos más devastadores en el siglo XX, con las dos guerras mundiales devastadoras y todas las otras guerras hasta el día de hoy— se basa en la idea y el patrón de la oposición polar. Por lo tanto, el método político común es hacer que los opuestos se enfrenten o (de lo contrario) que traten de llegar a algún tipo de acuerdo entre sí.

Como dijo Abraham Lincoln, “Una casa dividida contra sí misma no puede permanecer.” Si el sistema-mundial se basa en los opuestos, inevitablemente se autodestruirá —creando el caos a lo largo de las líneas de división (u oposición mutua).

Han existido, (y, sin duda, seguirán existiendo) muchos esfuerzos para crear algún tipo de resolución global (o la paz mundial) mediante la reunificación de los opuestos. Pero tal esfuerzo está inevitablemente condenado a fracasar. Tal esfuerzo no puede tener éxito. Simplemente no es posible, en la “física” de los asuntos humanos, que tal enfoque tenga éxito.

La unidad no se puede lograr mediante la combinación de opuestos. La unidad es la condición preexistente, la condición que siempre ya es el caso. La unidad preexistente deja obsoletos a todos los opuestos. Por lo tanto, es la unidad preexistente la que tiene que ser aplicada, en vez de cualquier continuación del patrón de las oposiciones.

La situación-mundial se ha desarrollado hasta el punto de que ya no se puede esperar más que el colapso global que esa oposición inevitablemente producirá. Por lo tanto, este es el momento crítico para detener el juego de opuestos en el dominio de la política mundial. El juego de opuestos debe ser sustituido por la política de la unidad pre­existente —a través del Foro Cooperativo Global de todo-el-mundo- -a-la-vez. Eso es una necesidad absoluta. De lo ­contrario, el juego de opuestos polares va a resultar en la destrucción absoluta.

El principio de la unidad preexistente se aplica a toda la actividad humana, incluso a la integridad de un cuerpo humano o una personalidad humana. La unidad no es el resultado de un juego de opuestos. La unidad es la condición preexistente.

Es solo cuando la unidad (o la indivisibilidad) es el principio de la vida, de vivir, de la acción, que la unidad resulta. Si la división (u oposición) se presume ser el caso, resultará más división. Esta es una ley absoluta. Una vez que esto se comprenda, todo acerca de la acción correcta y la vida co- rrecta se aclara.

Mi comunicación con la intención de rectificar todos los asuntos humanos —incluyendo necesariamente lo que estoy diciendo acerca de la política mundial— se basa en este principio fundamental: la Realidad En Sí es una unidad preexistente. La Realidad En Sí es indivisible y sin-ego. Por lo tanto, la vida se debe vivir de acuerdo con esa Auto-Naturaleza de la Realidad En Sí. Este principio absoluto es fundamental para toda la resolución de los problemas humanos. En el lenguaje de Gandhi, se trata de una “fuerza-del-alma”, o “fuerza-de-la-verdad”, así como él la entendía.1 Esa debe ser la fuerza detrás de todo esfuerzo político —la fuerza de la unidad preexistente. El principio de la unidad preexistente determina un curso de acción que (necesariamente) incluye a todo-el-mundo-a-la- -vez. Lo que se requiere no es una búsqueda de la unidad. Más bien, lo que se requiere es poner en acción el poder de la unidad preexistente. Ese es el principio. Y debe ser el principio rector de la acción política.

¿Cómo debe la humanidad enfrentarse a la situación mundial? Aplicando el principio de la unidad preexistente. Y se requiere un instrumento con el fin de hacer eso. Ese instrument es el Foro Cooperativo Global. El Foro Cooperativo Global debe hacer obsoleto todo el juego-de-oposición en el mundo, todo conflicto entre estados-nación, todo esfuerzo por medir la fuerza de grandes unidades de estados-nación frente a otras tales unidades, con el intento de triunfar la una sobre la otra —una religión sobre otra religión, un estado-nación (o grupo de estados-nación) sobre otro estado-nación (o grupo de estados-nación), y así sucesivamente.

Todo este esfuerzo para derrotar al presunto oponente es una locura. La humanidad no puede permitirse el lujo de seguir con esto. La humanidad debe parar esto.

Este es el momento decisivo en la historia humana para parar esto, porque tal locura no puede seguir sin que la devas-tación total sea el resultado. Por lo tanto, verdaderamente no hay opción.

Aquellos que escuchan lo que tengo que decir sobre esto comprenderán: Tiene que haber una aceptación activa de este entendimiento a todo nivel de la vida humana, incluyendo todos los asuntos relacionados con la política global y las cuestiones ambientales. Todo en la escala humana debe dirigirse sobre la base de la aplicación del principio de la unidad preexistente, a través de instrumentos que incluyan a todo-el-mundo-a-la-vez. Es esencialmente una cuestión de poner en acción el principio-de-la-Verdad (o el principio-de-la-Realidad) de la unidad preexistente. Y se necesita un instrumento para hacer eso —no solo palabras.

No es una cuestión de reunir a los colectivos de dife-rentes grupos —tales como organizaciones gubernamentales y organizaciones no-gubernamentales— para que cada uno pueda tener su voz, de este modo desempeñando el caos de las oposiciones. No hay tiempo para estar haciendo tal cosa. Tiene que haber un instrumento diferente —y todo-el- -mundo-a-la-vez debe ser voluntario de aquello y entrar en acción dentro de ello.

La humanidad tiene que despertarse a su unidad inherente e intrínseca en conjunto, y no participar en ninguna diferencia en absoluto. Los seres humanos tienen que captar esta comprensión de la unidad preexistente —y actuar al respecto, a través de un instrumento adecuado que sea totalmente lleno de integridad y totalmente correcto. Esa es la necesidad inmediata asociada con darle vida al Foro Cooperativo Global.

Dondequiera que la acción se realice en oposición a cualquier fuerza o entidad que se considere el oponente, donde haya incluso una estrategia relativa a un oponente, el esfuerzo fracasará. Algunos tipos de cambios pueden ser ocasionados —pero, al final, todo sigue igual, porque el principio es uno de división en primer lugar.

Del mismo modo, toda estrategia que se desarrolle en oposición a cualquier fuerza, sea la que sea, fracasará ine- vitablemente. El único principio que puede funcionar políticamente es uno en el que no hay ningún oponente ni la búsqueda para derrotar a un oponente —y, por lo tanto, fundamentalmente ninguna lucha. La política humana correcta es simplemente acerca de aplicar —o afirmar y llevar a cabo— el principio de la unidad preexistente.

Ese tipo de activismo no supone un oponente. No se involucra con la auto-división. Por consiguiente, no fracasará. Por el contrario, lo que presupone su propia auto-división fracasará. Solo producirá más división. Por lo tanto, el único tipo de acción político posible para lograr el éxito final es el activismo basado en (1) la presunción de la unidad preexistente y (2) la aplicación de la unidad preexistente a través de un instrumento apropiado.

No hay nadie “más”. No hay ningún oponente. El Foro Cooperativo Global es un medio para eludir todas las oposiciones, todos los opuestos, y todo el juego que se basa en que haya opuestos. Debe suponerse que no hay opuestos, ni enemigos, ni oponente a ser derrotado. Simplemente hay el hecho intrínseco de la unidad preexistente. La política co- rrecta es simplemente acerca de actuar sobre esa base.

Eso es lo que el Foro Cooperativo Global debe hacer. Y eso es lo que la forma del activismo global que describo debe hacer. Esa es la forma en que debe funcionar: sin enemigos, sin juego en contra, y (por lo tanto) sin estrategia en relación a un oponente presunto —ninguna.

Esa es la profundidad en la raíz de este tipo de acti­vismo —la presunción intensiva de la no-separación, de la unidad preexistente, de ningún oponente, de ninguna auto-división. Esa es la única estrategia correcta y efectiva. No es una estrategia que busque metas. Es una cuestión de aplicar una realidad preexistente, en lugar de buscar una realidad diferente. Tal es la comprensión única que es la raíz de toda la sabiduría verdadera.

Cuando hablo de la política, la estoy viendo en el contexto de la humanidad-como-un-todo —no en términos de cualquier circunstancia que sea negativa, llena de opuestos, en busca de lograr algún tipo de triunfo en relación a un opuesto o un adversario o un enemigo. La presunción-raíz de que no hay enemigos es esencial para el Foro Cooperativo Global. El Foro Cooperativo Global debe ser intrínsecamente todo-inclusivo. Y hay una disciplina necesaria para hacer eso, debido a que por patrón la gente tenderá a expresar puntos de vista opuestos, disposiciones diferentes, con ganas de sentarse cruzados de brazos y hablar de todo eso. No debe haber absolutamente ninguna discusión de ese tipo. Eso no tiene nada que ver.

No hay nada más que la Realidad En Sí —la totalidad preexistente, la totalidad indivisible. Esa es la base de toda acción correcta. Toda acción humana correcta debe estar basada en este entendimiento.

En uno de los Upanishads, se dice que donde exista algún “otro”, surge el miedo.2 Tan pronto como se presuma “diferencia”, tan pronto como la separación se presuma, tan pronto como se presuma un oponente, existe el temor —o la disposición de la separatividad, de la autoprotección, de la auto-división. La no-presunción de un “otro” es el principio fundamental que liberará a la humanidad. Dondequiera que ningún “otro” se presuma, la Verdad se despierta.

Ese es el significado del título del libro Not-Two Is Peace. Lo que describo en ese libro no es meramente un método para la búsqueda de la paz. Toda dualidad se trata de una búsqueda hacia una meta —incluyendo el objetivo de la paz, la cual los idealistas quieren encontrar algún día. Lo que propongo no es el idealismo. Más bien, es el realismo perfecto —en relación con la política, y en relación con todos los demás dominios de la vida humana. Tal realismo implica la no-presunción intensiva de “otros” y de “problemas”. Tal rea­lismo es la presunción “no-dos” —completamente aceptada, y hecha la base de la acción. Esa acción ya está caracterizada por la unidad —no la búsqueda de la unidad, pero si el Es de la unidad.

Tal es la base correcta para todo activismo humano. De hecho, es la base de toda acción correcta en todos los ámbitos de la vida humana. Y este entendimiento es como todo se puede corregir, ahora y en el futuro. Son los medios-de- -la-Sabiduría los que pueden (y deben) ser aplicados en el caso de todos los procesos humanos. Por lo tanto, se aplica a todo —incluyendo la más inclusiva de todas las posibilidades, que es el funcionamiento correcto de la humanidad-como-un-todo.

Esta es una llamada a todo el mundo para que se despierte a una comprensión intrínseca. No se trata de apelar a la gente como egos, o simplemente tratar de reunir a todos, con todas sus diferencias, para simplemente discutir las cosas. No se trata de nada de eso. Se trata de eludir completamente todo eso. Todo eso fracasará. Es una pérdida de tiempo —y no hay tiempo para perder. Más bien, esta llamada a todo el mundo se trata de presumir la intrínseca intuición-de-la-Verdad (o intuición-de-la-Realidad) en todos, en lugar de apelar a las personas como egos-consumidores o egos-en-posiciones-altas.

El principio de la no-violencia es un principio idealista acerca de cómo manejarse en relación a un oponente. Lo que estoy comunicando no es eso. El principio de “No-Dos Es la Paz” no es una estrategia en relación a un oponente. De hecho, exactamente no es eso. Por lo tanto, el principio de “No-Dos Es la Paz” no es el principio de la no-violencia meramente, a pesar de que es completamente e intrínsecamente no-violento. Fundamentalmente, el principio de “No-Dos Es la Paz” es acerca de no usar ningún método que presuma estar en relación a un oponente.

Todas las acciones hechas en relación a un oponente —aunque sean exteriormente no-violentas— son, en cierto sentido, violentas. Eso tiene que ser entendido. Cualquier lucha con un adversario es un tipo de agresión, incluso si se hace a través del recurso de la no-violencia.

El enfoque de “No-Dos Es la Paz” (con el Foro Cooperativo Global como su instrumento) no es así. No es un esfuerzo en relación con un oponente. Se trata simple­­­mente de que todo-el-mundo-a-la-vez se auto-actualice, auto-refuerce, auto-gobierne, auto-rectifique, auto-corrija, auto-organice, sin oponerse a nada. Es el todo-a-la-vez poniéndose en orden, ya como lo hará inevitablemente cuando se elimine la obstrucción que impide que el proceso de auto-organización suceda.

Por lo tanto, son las oposiciones que impiden que el proceso de auto-organización suceda. La idea de la “diferencia” es lo que impide que la humanidad se auto-organice y auto-rectifique y auto-corrija a sí misma. Así es. La presunción de la “diferencia”, la presunción de los opuestos, de los oponentes, de la lucha necesaria, de la búsqueda de la unidad, del ganar contra alguna fuerza u otra que sea lo contrario de uno mismo —eso es lo que está mal.

Esta es la comprensión única que la gente debe entender. La falta de esa comprensión es la razón por la cual la humanidad está venciéndose a sí misma. Es por eso que los propósitos dignos están fallando. Es la presunción de la “dife- rencia”, la presunción del “otro”, la presunción de “todavía no —por lo tanto, se requiere la búsqueda”.

En otras palabras, la presunción de la egoidad —o la presunción de la separatividad y la actividad de la separación—es la falla que hace que todo esfuerzo humano falle. El ego es el creador-de-la-“diferencia”. El ego es la disposición separatista (o separativa). A la larga, el ego evita la relación, desvinculándose a sí mismo del “otro”. Por lo tanto, el principio de la disociación debe ser abandonado. No tiene nada que ver con la paz. No tiene nada que ver con la corrección de la situación humana.

Toda acción basada en la presunción de un “otro” o de la “diferencia” inevitablemente fracasará. Tal acción solo produce la lucha, y no la unidad. En verdad, se podría decir que todo el mundo se ha involucrado en sus esfuerzos políticos a costa de la destrucción de la unidad global. Las Naciones Unidas actúan sobre la base de los opuestos o las diferencias. Se basa en reunir a los competidores o adversarios en un solo lugar, donde siguen siendo rivales y competidores. Se sientan a hablar, pero tal plática no tiene nada que ver con la paz, con la unidad y el bienestar de la humanidad-como-un-todo. La plática nunca logrará la paz o la unidad o el bienestar.

El Foro Cooperativo Global es una entidad intrínsecamente unificada que representa a todo-el-mundo-a-la–vez. Por lo tanto, no hay diferencias en ello. No se trata de un comité de las naciones. Se trata simplemente de un instrumento-de-trabajo para la totalidad preexistentemente unificada (o el todo) de la humanidad, y no supone ninguna diferencia.

Por consiguiente, todas las etiquetas-de-nombre y pancartas deben ser abandonadas en la puerta. Nadie trae su etiqueta del estado-nación (o cualquier otra etiqueta) adentro. No existen personas “superiores”. No hay diferencias. No hay ningún estatus. Todos son sirvientes del todo.

Esto no es un mero idealismo. Esta es la Realidad en acción. Es una necesidad absoluta. Siempre ha sido —pero nunca se ha entendido en el contexto de la huma­­­nidad-como–un-todo, porque la humanidad-como-un-todo nunca se reunió antes. Ese reunirse es solamente un aconte­cimiento reciente.

Por lo tanto, en el Foro Cooperativo Global, no puede ser que las diferentes naciones, las diferentes religiones, las dife-rentes culturas, las diferentes razas tengan cada una su opi-nión, tratando de “inclinarlas” en función a los intereses de su lado. La base de reunirse debe ser el principio de la totali- dad humana como una unidad preexistente —sin poner dife- rencias sobre la mesa en absoluto, sino simplemente poner los temas de discurso que sean comunes a todos, y resolver colectivamente los problemas a través de la acción que sea apropiada para cualquier tema en particular.

Para hacer eso, todas las presunciones de la “diferencia” deben ser abandonadas. Ese es el principio del Foro Cooperativo Global.

Como ya he descrito, el principio de la unidad preexis­tente como medio político no es lo mismo que la estrategia de agresión no-violenta en relación a un oponente. Es bien diferente —y esa diferencia debe ser entendida. Lo que estoy comunicando es algo nuevo. No está en la semejanza de lo que ya ha sido propuesto o demostrado. Se pueden observar asociaciones simpatizantes en la historia de los esfuerzos humanos hacia la paz, pero el principio de la unidad preexistente no es lo mismo que cualquier principio anterior para el establecimiento de la paz. Lo que es único acerca del principio de la unidad debe ser comprendido completamente y aplicado intensivamente.

1. El termino de Gandhi era “satyagraha”, a menudo traducido como “fuerza del alma” o “fuerza de la verdad”, lo que indica la insistencia de Gandhi que el poder de la verdad puede (y debe) ser utilizado como un medio no violento para efectuar el cambio.

2. En la traducción de Radhakrishnan acerca del Upanishad de Brhadaranyaka, esta frase dice lo siguiente: “De cierto, es desde un segundo que el miedo surge “, donde “segundo “se usa en el sentido de” otros”. [S. Radhakrishnan, ed., Los Upanishads Principales (Atlantic Highlands, NJ: Humanities Press, 1992), 164).

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